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Inter de Milán vs Cagliari

Noventa y nueve goles contemplan a Ibrahimovic en la Serie A del fútbol italiano. Desde su desembarco a la Juventus en 2004, procedente del Ajax, y con la única excepción de la temporada 2009-10 en la que militó en el FC Barcelona, el delantero sueco ha ido engrosando su cuenta realizadora año a año hasta colocarse en puertas de los cien goles, cifra que solo 71 jugadores han rebasado a lo largo de su creación en 1929.

Para ser centenario en este apartado, Ibra necesita marcar un solo gol mañana, sábado, en el partido que el Milan jugará en el Artemio Franchi de Florencia. Puede que lo consiga con cualquier de los dos pies, con la cabeza o el pecho, o con otra parte del cuerpo, dentro del área o fuera, pero estadísticamente lo más probable es que lo marque con un disparo con la derecha desde el interior del área. De los 99 tantos que lleva anotados en la máxima categoría del fútbol italiano, 70 los ha marcado dentro del área y 55 con el pie derecho, según un estudio publicado ayer por `La Gazzetta dello Sport¿.

Boruc, el meta polaco de la Fiorentina, tratará de impedir que Ibrahimovic alcance su objetivo a la primera. La temporada pasada, el exportero del Celtic ya fue batido por el sueco, aunque no es su víctima preferida. Amelia, que ahora comparte vestuario con el sueco en el Milan, ha recibido siete goles de Ibra. El ex viola Frey le sigue con seis. “Será bienvenido al club, aunque llegará mucho más lejos. Cuando lo vea le saludaré y le diré que marque muchos más porque el Milan necesita sus goles”, admite Prati, que marcó un centenar de goles en la Serie A, repartidos entre el Milan y la Roma, en la década de los setenta.

Con una media de 0,51 goles por partido, Ibrahimovic aún está lejos de los grandes `capo cannoniere¿ del Calcio. Piola marcó 274 tantos, el sueco Nordahl, 225 y Meazza y Altafini, 216. Totti, quinto con 207 goles, es el primer futbolista en activo que figura en el ranking. Del Piero es el noveno, con 185, una cifra que habría rebasado ampliamente de no ser por el descenso administrativo de la Juve a la Serie B y al deseo del capitán de permanecer en el club, lo que Ibra no hizo.

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